Nuestra universidad es la única institución que tiene la división por especialidades en la carrera de Psicología. Dentro de las tres ramas existen varios ámbitos en los que los profesionales pueden desempeñarse, debido a ello es importante conocer las áreas en las que tenemos injerencia y al mismo tiempo es valioso conocer las limitaciones de las mismas.
Nos parece importante tener información de las actividades que podemos realizar desde la especialidad que optemos, pero sobretodo es elemental conocer las herramientas de conocimiento con las que contamos y las limitaciones que tendremos en el ejercicio de ésta para poder decidir en cuál de ellas podemos desarrollar nuestro potencial psicológico. Por ello, siguiendo con nuestras publicaciones, les presentamos una nueva área en la que presentamos artículos realizados por profesores, los cuales nos cuentan su experiencia en su rama de especialización, las diferentes actividades que pueden realizar desde ésta y las limitaciones que encuentran.
En este primer post presentamos el artículo de la profesora Susana Frisancho, psicóloga educacional de nuestra universidad. En este artículo se rescata la importancia que tiene la educación, el cómo esta rama estudia los procesos que se dan dentro del amplio campo educativo y qué herramientas utiliza para llevar a cabo estas tareas en los diferentes contextos educativos. Susana también comenta la difícil tarea que tienen los psicólogos educacionales debido a los diferentes estereotipos a los que se enfrentan y al poco interés que se tiene por la educación. Finalmente, nos cuenta su amplia experiencia en el ámbito educativo, demostrándonos así los diversos campos de acción en los que se puede intervenir.
La educación es uno de los espacios de desarrollo humano más importantes. No hay desarrollo individual, ni desarrollo social o económico, que no pase por la educación, entendida esta en su sentido más amplio; es decir, en sus versiones formal e informal. La psicología educacional es justamente aquella especialidad de la psicología que, utilizando los conocimientos de nuestra disciplina, se ocupa de investigar, analizar, evaluar, describir, explicar y potenciar el desarrollo y el aprendizaje en contextos educativos, tanto al interior de las escuelas y/o universidades como fuera de ellas, en la vida cotidiana y los procesos más generales de socialización y educación que ocurren espontáneamente fuera de las instituciones educativas formales.
Capacitar profesores para ayudarlos a convertirse en mejores docentes, más estratégicos, conscientes, reflexivos y motivados; entender cómo las personas desarrollan la capacidad de comprender lo justo y lo bueno a fin de potenciar estos procesos desde la escuela y las familias; apoyar la formación continua de padres y otros agentes sociales; diseñar e implementar programas de educación sexual; prevenir el bullying o abuso escolar; elaborar materiales educativos de calidad que garanticen los aprendizajes en las diversas materias curriculares; diseñar, implementar y evaluar proyectos para desarrollar capacidades de lectura crítica; diagnosticar dificultades de aprendizaje y trastornos del desarrollo; investigar la relación profesor-alumno en función de sus elementos culturales; diseñar programas de incentivos para optimizar el desempeño docente; investigar y potenciar la construcción del pensamiento matemático; hacer consejería en la escuela; evaluar el impacto de un programa curricular; preparar, implementar y evaluar proyectos para que los museos se conviertan en instituciones de aprendizaje o desarrollar instrumentos y procesos de evaluación de sistema o a gran escala, son algunos ejemplos de las muchas y variadas actividades en las que se desempeña un psicólogo educacional.
Pienso que hay muchos estereotipos negativos sobre la especialidad de psicología educacional que no tienen nada que ver con la realidad pero que lamentablemente son decisivos para la elección profesional de muchos estudiantes que se encuentran poco informados sobre ella. Y esto es sin duda una pena. Se piensa por ejemplo que es una especialidad aburrida, o poco profunda, o que forma solamente psicólogos escolares, o que es más un campo de mujeres que de hombres o que se parece demasiado al quehacer del profesor. Más aun, con la subestimación general que como sociedad le hacemos a la educación, muchas personas creen equivocadamente que desde cualquier otra especialidad van a poder ingresar al campo educativo y desempeñarse bien en él, porque –piensan- “trabajar en educación es fácil”. Todas estas ideas son falsas, por supuesto, pero están imbuidas en el imaginario de muchos estudiantes y lamentablemente dirigen su percepción y su proceso de toma de decisiones.
Para decidirse por la especialidad de educacional hay que tener en primer lugar pasión por la educación y mucho respeto por ella, un reconocimiento profundo de sus enormes y decisivas implicancias para la vida humana y para el desarrollo de las personas y de las sociedades en que estas habitan. Se necesita también tener un énfasis en la normalidad, en las potencialidades de la persona, en sus recursos y sus procesos de desarrollo y en las maneras de optimizarlos desde las intervenciones educativas. Se necesita conocer de educación y de los programas curriculares, y tener el lenguaje adecuado para poderle hablar al docente sin hacerlo sentirse inferior y sin psicologizar su quehacer y su rol.
Cesar Coll decía en una entrevista (que puede leerse es este enlace:http://redie.uabc.mx/contenido/vol7no1/contenido-rigo.pdf) que sabiendo que los procesos educativos son muy complejos e involucran muchas variables y factores que requieren una mirada multidisciplinaria, la mirada de la psicología educacional es una mirada específica, importante y distinta a las demás. El problema, como bien señala Coll, es que son los propios psicólogos de otras especialidades los que no reconocen la especificidad de nuestra mirada, pues tienden a ver a la psicología educativa solamente como un “campo de aplicación” (de conocimientos generados por la psicología del aprendizaje, por la neuropsicología, etc.) y por lo tanto, consideran a la psicología de la educación como una “contextualización” de estos conocimientos científicos universales de la psicológica básica. Esto hace que muchos psicólogos de otras especialidades no consideren necesario formarse para ingresar a trabajar al ámbito educativo.
No hay que tenerle miedo a lo educativo. Los países más desarrollados del mundo, Finlandia por ejemplo, son los que apostaron por la educación y decidieron invertir seriamente en ella. Si bien comprendo que la vida da muchas vueltas y que un psicólogo inicialmente formado para trabajar en un campo distinto puede terminar trabajando en el sector educación, pienso que este sector le hace al profesional de la psicología demandas muy específicas, y es imprescindible formarse para ellas. Se requiere fundamentalmente una epistemología distinta que de sustento al quehacer de esta rama específica de la psicología que, siguiendo a Coll, se ocupa de estudiar aquellos cambios vinculados al hecho de que las personas participemos en actividades que calificamos de educativas sean formales, informales, escolares, o familiares. En relación al campo laboral y al futuro profesional y económico de esta especialidad, tema que preocupa a muchos estudiantes, la demanda laboral para el psicólogo educacional es enorme, a diferencia de la que hay para otras especialidades. El trabajo y las oportunidades sobran y las personas especializadas y con vocación, faltan.
En cuanto a mi experiencia personal, esta ha sido muy diversa. Soy una psicóloga educacional que no ha trabajado nunca como psicóloga escolar. Si he ido a algún colegio, esto ha sido para ayudar a los maestros y acompañarlos en su formación, ya sea monitoreando su trabajo y/o evaluándolo, o para ofrecerles un espacio de reflexión y formación. He participado en la evaluación nacional 2004 de formación ciudadana (dela Unidadde Medición dela Calidaddel Ministerio de Educación), la única que se ha hecho hasta ahora en este tema en el país, diseñando todos los instrumentos de medición, monitoreando el proceso evaluativo, analizando luego los resultados y preparando el reporte de los mismos. También he participado asesorando la evaluación nacional de resultados de aprendizaje para la educación inicial. He diseñado la propuesta de formación ética del Ministerio de Educación, que lamentablemente no se ha difundido en las escuelas de educación básica como hubiera sido necesario. He sido consultora del Ministerio para diversos asuntos, incluido la elaboración de los contenidos de los textos escolares, especialmente en el área de personal social y desarrollo social. He trabajado con madres en un pueblo dela Sierrade Ancash, en el callejón de Conchucos, en un programa para fomentar que ellas lean más a sus hijos pequeños; se hizo una intervención con ellas, y también un proceso de evaluación e investigación. Trabajo mucho con maestros, tanto en Lima como en otras ciudades del Perú. Llevo un blog orientado a difundir la psicología educativa y del desarrollo entre psicólogos, padres y maestros. Soy profesora universitaria. Hago investigación y estoy involucrada en proyectos de responsabilidad social. Y también participo de la comisión de acreditación y mejoramiento de nuestra carrera, a fin de mejorar sus estándares y sus resultados.
Nos parece importante tener información de las actividades que podemos realizar desde la especialidad que optemos, pero sobretodo es elemental conocer las herramientas de conocimiento con las que contamos y las limitaciones que tendremos en el ejercicio de ésta para poder decidir en cuál de ellas podemos desarrollar nuestro potencial psicológico. Por ello, siguiendo con nuestras publicaciones, les presentamos una nueva área en la que presentamos artículos realizados por profesores, los cuales nos cuentan su experiencia en su rama de especialización, las diferentes actividades que pueden realizar desde ésta y las limitaciones que encuentran.
En este primer post presentamos el artículo de la profesora Susana Frisancho, psicóloga educacional de nuestra universidad. En este artículo se rescata la importancia que tiene la educación, el cómo esta rama estudia los procesos que se dan dentro del amplio campo educativo y qué herramientas utiliza para llevar a cabo estas tareas en los diferentes contextos educativos. Susana también comenta la difícil tarea que tienen los psicólogos educacionales debido a los diferentes estereotipos a los que se enfrentan y al poco interés que se tiene por la educación. Finalmente, nos cuenta su amplia experiencia en el ámbito educativo, demostrándonos así los diversos campos de acción en los que se puede intervenir.
La educación es uno de los espacios de desarrollo humano más importantes. No hay desarrollo individual, ni desarrollo social o económico, que no pase por la educación, entendida esta en su sentido más amplio; es decir, en sus versiones formal e informal. La psicología educacional es justamente aquella especialidad de la psicología que, utilizando los conocimientos de nuestra disciplina, se ocupa de investigar, analizar, evaluar, describir, explicar y potenciar el desarrollo y el aprendizaje en contextos educativos, tanto al interior de las escuelas y/o universidades como fuera de ellas, en la vida cotidiana y los procesos más generales de socialización y educación que ocurren espontáneamente fuera de las instituciones educativas formales.
Capacitar profesores para ayudarlos a convertirse en mejores docentes, más estratégicos, conscientes, reflexivos y motivados; entender cómo las personas desarrollan la capacidad de comprender lo justo y lo bueno a fin de potenciar estos procesos desde la escuela y las familias; apoyar la formación continua de padres y otros agentes sociales; diseñar e implementar programas de educación sexual; prevenir el bullying o abuso escolar; elaborar materiales educativos de calidad que garanticen los aprendizajes en las diversas materias curriculares; diseñar, implementar y evaluar proyectos para desarrollar capacidades de lectura crítica; diagnosticar dificultades de aprendizaje y trastornos del desarrollo; investigar la relación profesor-alumno en función de sus elementos culturales; diseñar programas de incentivos para optimizar el desempeño docente; investigar y potenciar la construcción del pensamiento matemático; hacer consejería en la escuela; evaluar el impacto de un programa curricular; preparar, implementar y evaluar proyectos para que los museos se conviertan en instituciones de aprendizaje o desarrollar instrumentos y procesos de evaluación de sistema o a gran escala, son algunos ejemplos de las muchas y variadas actividades en las que se desempeña un psicólogo educacional.
Pienso que hay muchos estereotipos negativos sobre la especialidad de psicología educacional que no tienen nada que ver con la realidad pero que lamentablemente son decisivos para la elección profesional de muchos estudiantes que se encuentran poco informados sobre ella. Y esto es sin duda una pena. Se piensa por ejemplo que es una especialidad aburrida, o poco profunda, o que forma solamente psicólogos escolares, o que es más un campo de mujeres que de hombres o que se parece demasiado al quehacer del profesor. Más aun, con la subestimación general que como sociedad le hacemos a la educación, muchas personas creen equivocadamente que desde cualquier otra especialidad van a poder ingresar al campo educativo y desempeñarse bien en él, porque –piensan- “trabajar en educación es fácil”. Todas estas ideas son falsas, por supuesto, pero están imbuidas en el imaginario de muchos estudiantes y lamentablemente dirigen su percepción y su proceso de toma de decisiones.
Para decidirse por la especialidad de educacional hay que tener en primer lugar pasión por la educación y mucho respeto por ella, un reconocimiento profundo de sus enormes y decisivas implicancias para la vida humana y para el desarrollo de las personas y de las sociedades en que estas habitan. Se necesita también tener un énfasis en la normalidad, en las potencialidades de la persona, en sus recursos y sus procesos de desarrollo y en las maneras de optimizarlos desde las intervenciones educativas. Se necesita conocer de educación y de los programas curriculares, y tener el lenguaje adecuado para poderle hablar al docente sin hacerlo sentirse inferior y sin psicologizar su quehacer y su rol.
Cesar Coll decía en una entrevista (que puede leerse es este enlace:http://redie.uabc.mx/contenido/vol7no1/contenido-rigo.pdf) que sabiendo que los procesos educativos son muy complejos e involucran muchas variables y factores que requieren una mirada multidisciplinaria, la mirada de la psicología educacional es una mirada específica, importante y distinta a las demás. El problema, como bien señala Coll, es que son los propios psicólogos de otras especialidades los que no reconocen la especificidad de nuestra mirada, pues tienden a ver a la psicología educativa solamente como un “campo de aplicación” (de conocimientos generados por la psicología del aprendizaje, por la neuropsicología, etc.) y por lo tanto, consideran a la psicología de la educación como una “contextualización” de estos conocimientos científicos universales de la psicológica básica. Esto hace que muchos psicólogos de otras especialidades no consideren necesario formarse para ingresar a trabajar al ámbito educativo.
No hay que tenerle miedo a lo educativo. Los países más desarrollados del mundo, Finlandia por ejemplo, son los que apostaron por la educación y decidieron invertir seriamente en ella. Si bien comprendo que la vida da muchas vueltas y que un psicólogo inicialmente formado para trabajar en un campo distinto puede terminar trabajando en el sector educación, pienso que este sector le hace al profesional de la psicología demandas muy específicas, y es imprescindible formarse para ellas. Se requiere fundamentalmente una epistemología distinta que de sustento al quehacer de esta rama específica de la psicología que, siguiendo a Coll, se ocupa de estudiar aquellos cambios vinculados al hecho de que las personas participemos en actividades que calificamos de educativas sean formales, informales, escolares, o familiares. En relación al campo laboral y al futuro profesional y económico de esta especialidad, tema que preocupa a muchos estudiantes, la demanda laboral para el psicólogo educacional es enorme, a diferencia de la que hay para otras especialidades. El trabajo y las oportunidades sobran y las personas especializadas y con vocación, faltan.
En cuanto a mi experiencia personal, esta ha sido muy diversa. Soy una psicóloga educacional que no ha trabajado nunca como psicóloga escolar. Si he ido a algún colegio, esto ha sido para ayudar a los maestros y acompañarlos en su formación, ya sea monitoreando su trabajo y/o evaluándolo, o para ofrecerles un espacio de reflexión y formación. He participado en la evaluación nacional 2004 de formación ciudadana (dela Unidadde Medición dela Calidaddel Ministerio de Educación), la única que se ha hecho hasta ahora en este tema en el país, diseñando todos los instrumentos de medición, monitoreando el proceso evaluativo, analizando luego los resultados y preparando el reporte de los mismos. También he participado asesorando la evaluación nacional de resultados de aprendizaje para la educación inicial. He diseñado la propuesta de formación ética del Ministerio de Educación, que lamentablemente no se ha difundido en las escuelas de educación básica como hubiera sido necesario. He sido consultora del Ministerio para diversos asuntos, incluido la elaboración de los contenidos de los textos escolares, especialmente en el área de personal social y desarrollo social. He trabajado con madres en un pueblo dela Sierrade Ancash, en el callejón de Conchucos, en un programa para fomentar que ellas lean más a sus hijos pequeños; se hizo una intervención con ellas, y también un proceso de evaluación e investigación. Trabajo mucho con maestros, tanto en Lima como en otras ciudades del Perú. Llevo un blog orientado a difundir la psicología educativa y del desarrollo entre psicólogos, padres y maestros. Soy profesora universitaria. Hago investigación y estoy involucrada en proyectos de responsabilidad social. Y también participo de la comisión de acreditación y mejoramiento de nuestra carrera, a fin de mejorar sus estándares y sus resultados.